LA TRIBU QUE SANA
Lo lúdico transmuta en lúcido
Quim Mesalles
PRÓLOGO
Estamos ante un libro esencialmente didáctico. Escrito desde las salas de terapia y los despachos de la Escola Gestalt de Catalunya-Espailúdic por uno de sus fundadores y actual director, su nombre (Espailúdic) empuja a aplaudir ese juego de palabras que él mismo maneja en su capítulo sobre el juego y que se ha copiado aquí como lema sintetizador de este prólogo: «Lo lúdico transmuta en lúcido». Y es así; este libro, fruto de una larga experiencia gestáltica en un espacio lúdico y lúcido, es la prueba.
Quim Mesalles ha escrito unos extensos capítulos en los que desmenuza y ejemplifica su manera de trabajar con grupos desde un enfoque sustancialmente gestáltico. Trata de integrar en él su formación, muy rica y variada, y sobre todo lo que conoce mejor: la Terapia Gestalt de la Costa Oeste —básica en su formación— y la de la Costa Este, que ha conocido después, pero en la que también ha entrado y profundizado. En ese afán integrador, ha reunido en su libro una serie de descripciones de otros recursos terapéuticos y muestra cómo los utiliza. Así, las constelaciones familiares, la arteterapia, lo sistémico, el juego, el psicodrama, etc. Todo está enriquecido con ejemplos prácticos de su manera de utilizarlos, tantos y tan diversos, en sus talleres, sin perder de vista el enfoque gestáltico con el que quiere dar unidad a todo lo que aporta.
Llaman la atención muchos aspectos de este libro, escrito con la clara intención de ayudar a otros psicoterapeutas y también, supongo, a estudiantes de la formación en Terapia Gestalt. Para ello ha recurrido a su creatividad —muy grande y muy evidente a lo largo de todas las páginas— para utilizar toda clase de medios. Entre ellos, señalo su capacidad literaria, porque el libro está muy bien escrito, en un castellano fluido y preciso; pero, además, acude también a específicos procedimientos literarios.
Por ejemplo, coloca «en escena» a cuatro personajes, que suponemos de su invención —Gisela, Antonio, Xavi, Cristina—, pero con los que pone al alcance del lector muchas de las dificultades que suelen tener los participantes en grupos gestálticos al comienzo, a lo largo y al final de esos talleres, junto con sus propias reflexiones sobre ellos y su trabajo. Y lo hace por medio de lo que en la crítica literaria se conoce como «flujo de la consciencia», basado en los pioneros estudios de William James, y el capítulo IX de sus Principios de Psicología. (1)Podemos leer, entonces, los pensamientos de estos personajes, y los del propio facilitador del taller, y aunque quizá todo sea fruto de la intuición de este, no se puede olvidar que lo intuitivo es una de las «armas» más poderosas en la terapia, utilizada sensatamente, por supuesto, y esto queda muy claro en los pensamientos del propio terapeuta transcritos también aquí.
Otro recurso o procedimiento literario es la utilización que hace de lo que también se llama «escritos de la memoria». De la memoria propia y ajena. De esta forma, Quim nos aporta abundantes párrafos autobiográficos en los que cuenta sus experiencias mientras se iba formando en tantos enfoques distintos, aunque puede sospecharse que fueron sus años de aprendizaje en el Instituto de Teatro los que más calaron en él y, posteriormente, en su forma de trabajar como terapeuta. Sobre todo, cuando aprendió el método Stanislavski, que él reclama como nutritivo y fuente de inspiración para sus grupos de formación y terapia.
Precisamente a propósito de Stanislavski, volvemos a encontrar esa otra forma de explicar y aclarar cuanto escribe: lo biográfico. A lo largo de estas páginas, el autor nos ofrece pequeñas y útiles biografías de los grandes personajes (muy bien contextualizados) que estudia y conoce y cuyas ideas y temas aprovecha para sus tareas grupales: Jacob L. Moreno, Bert Hellinger, Virginia Satir, A. Jodorowsky… y, naturalmente, Fritz y Laura Perls, Paul Goodman, etc. De esta forma, los lectores nunca perderán de vista cuáles han sido las fuentes de inspiración del trabajo de Quim Mesalles; y también, en buena parte, la de la Terapia Gestalt en general, sobre la que hace un recorrido histórico, así como sobre la terapia grupal.
Para concluir su utilísimo libro, el autor lo sintetiza en unas páginas finales que titula «Manual de dinámicas y juegos», en las que da un breve resumen de cada una de las técnicas que él maneja y remite a las páginas en las que las ha desarrollado. De nuevo vemos aquí su preocupación e interés didáctico enfocado hacia quienes trabajan, desde uno u otro lado, en grupos con enfoque gestáltico.
Por último, solamente me queda agradecer a Quim el honor que me hace habiéndome brindado «en exclusiva» su texto original para que lo prologara, y desearle a él y al libro un gran éxito de divulgación y ventas porque, sin ninguna duda, es merecedor de él.
(1)Cf. William James, Principios de psicología, México, Fondo de Cultura Económica, 1989, cap. IX, «El curso del pensamiento», p. 181 y siguientes.
Carmen Vázquez Bandín
Psicóloga clínica. Psicoterapeuta gestáltica
Madrid, 26 de septiembre de 2017